Elaborada a partir del aceite de jarilla , esta crema es un emulsión restauradora para el cuidado diario de la piel.
Su fórmula exclusiva hidrata, nutre y alivia molestias musculares o articulares, aportando una sensación de bienestar y conexión con la energía de la Tierra.
🌿 Jarilla · Planta Maestra Andina:
Regida por Marte y Saturno, la jarilla porta la alquimia de los elementos Fuego y Tierra:
Fuego, que purifica, activa, expande y transforma.
Tierra, que arraiga, protege y sostiene.
Esta alquimia convierte a la jarilla en una planta maestra de resistencia y purificación.
Capaz de transformar la rigidez en movimiento, el cansancio en equilibrio y la sequedad en nutrición.
Propiedades y beneficios:
Alivio y relajación muscular: el oleato de jarilla, con acción antiinflamatoria y analgésica natural, alivia tensiones, dolores y rigidez muscular.
Hidratación profunda: la glicerina y el aceite de coco restauran la humedad, devolviendo suavidad a la piel seca o agrietada.
Calma y equilibrio: el agua de azahar tonifica, relaja y armoniza, aportando una sensación de frescura y serenidad.
Energía revitalizante: el aceite esencial de pino complementa la acción de la jarilla, estimulando la circulación y renovando la vitalidad del cuerpo.
Protección y nutrición: la cera Lanette crea una barrera natural que retiene la humedad, mientras la vitamina E protege es antioxidante.
Ritual de uso:
Aplicar una pequeña cantidad sobre la piel limpia y seca.
Masajear suavemente, dejando que la crema se funda con el calor del cuerpo.
Podes usarla diariamente en zonas con dolor muscular, piel seca o tensión acumulada.
🔥 Inhalo la fuerza de la Tierra, exhalo el cansancio. La jarilla despierta mi energía vital.
Ingredientes: Oleato de jarilla, agua de azahar, glicerina, cera Lanette, aceite de coco, aceite esencial de pino, alcohol cetílico, vitamina E, Conservante de grado ecológico (Cosgard).
Presentación: envase PET ámbar con dosificador – 100 ml.
Solo para uso externo · No ingerir.
Creado con amor, presencia y propósito en el Valle de Uspallata, Mendoza.
Elaborada a partir del aceite de jarilla , esta crema es un emulsión restauradora para el cuidado diario de la piel.
Su fórmula exclusiva hidrata, nutre y alivia molestias musculares o articulares, aportando una sensación de bienestar y conexión con la energía de la Tierra.
🌿 Jarilla · Planta Maestra Andina:
Regida por Marte y Saturno, la jarilla porta la alquimia de los elementos Fuego y Tierra:
Fuego, que purifica, activa, expande y transforma.
Tierra, que arraiga, protege y sostiene.
Esta alquimia convierte a la jarilla en una planta maestra de resistencia y purificación.
Capaz de transformar la rigidez en movimiento, el cansancio en equilibrio y la sequedad en nutrición.
Propiedades y beneficios:
Alivio y relajación muscular: el oleato de jarilla, con acción antiinflamatoria y analgésica natural, alivia tensiones, dolores y rigidez muscular.
Hidratación profunda: la glicerina y el aceite de coco restauran la humedad, devolviendo suavidad a la piel seca o agrietada.
Calma y equilibrio: el agua de azahar tonifica, relaja y armoniza, aportando una sensación de frescura y serenidad.
Energía revitalizante: el aceite esencial de pino complementa la acción de la jarilla, estimulando la circulación y renovando la vitalidad del cuerpo.
Protección y nutrición: la cera Lanette crea una barrera natural que retiene la humedad, mientras la vitamina E protege es antioxidante.
Ritual de uso:
Aplicar una pequeña cantidad sobre la piel limpia y seca.
Masajear suavemente, dejando que la crema se funda con el calor del cuerpo.
Podes usarla diariamente en zonas con dolor muscular, piel seca o tensión acumulada.
🔥 Inhalo la fuerza de la Tierra, exhalo el cansancio. La jarilla despierta mi energía vital.
Ingredientes: Oleato de jarilla, agua de azahar, glicerina, cera Lanette, aceite de coco, aceite esencial de pino, alcohol cetílico, vitamina E, Conservante de grado ecológico (Cosgard).
Presentación: envase PET ámbar con dosificador – 100 ml.
Solo para uso externo · No ingerir.
Creado con amor, presencia y propósito en el Valle de Uspallata, Mendoza.